22 abril 2006

¿Es... son? - XI

Estoy delante y me dispongo a entrar. Me veo empujado por la multitud e irrumpo en una sala con forma de cúpula, estoy relajado y me dejo llevar.

En el suelo hay una trampilla circular que tiene una puerta de tres hojas, de repente se ha abierto y nos ha hecho caer a todos dentro de una habitación que parece una caverna en forma de nave, sus paredes están llenas de surcos alargados e irregulares, hay estalactitas o estalacmitas pues ya he perdido la sensación de situación y de ellas salen las cuerdas que se unen al mecanismo de la trampilla para impedir que ésta se abra hacia el otro lado.

En un gran hueco de una de las paredes hay otra abertura tapada por tres cortinas que se abren y nos invitan a pasar. Sin terminar de ver la casa nos han echado.

Este camino por el cual discurrimos cada vez más lentamente no lo reconozco, a todos nos ha cambiado la cara. Cada vez más despacio volvemos a esa casa y entramos en la habitacion en forma de cúpula, pero no parece la misma. La trampilla del suelo sólo tiene dos hojas y la cueva con forma de barco es igual pero algo más pequeña.

Bruscamente nos vuelven a echar a través de las cortinas, esta vez con una terrible fuerza.

19 abril 2006

De las relaciones.

Yo creo que la relación entre dos personas debería llamarse interrelación, pues en ella hay un sinfín de mensajes circulando en todas direcciones.

¿Cuál es la razón que normalmente hace que dos personas estén juntas?. En un principio el móvil sexual, la atracción. Esto es muy importante, pero una relación profunda y duradera no se puede mantener sólo a base de sexo, sería agotador, salvo que de antemano sea una relación tan sincera que de forma bilateral se acceda a ello y además se comprenda que no se trata de una relación exclusiva.

A continuación viene el conocimiento del contrario, esta fase suele ser en donde fracasan la mayoría de las relaciones, pues la gente que al principio sólo muestra lo mejor de sí misma, cuando se relaja y empieza a enseñar lo que queda, suele desilusionar. Esto ocurre en las dos direcciones, pero la mayoría de las veces de forma desincronizada. Si sucediera a la vez sería catastrófico, y sólo salvable con una relación sexual excepcional.

Si se supera este momento, lo siguiente es comenzar a tener un plan conjunto para el futuro. Desgraciadamente la mayoría de las personas no sabemos lo que queremos y nos dejamos guiar por patrones preestablecidos que nos machacan hasta la saciedad: me conozco, me acuesto, me ilusiono, me conozco de verdad, me desilusiono, me voy de viaje, me vuelvo a ilusionar, me caso, me hipoteco, soporto un trabajo que no me suele gustar, me compro un coche carísimo, no quiero pensar, me compro un apartamento en la playa, trabajo más, pongo alicientes en mi vida, tengo hijos, uno, dos, tres, ya no sé quién soy, me lo empiezo a plantear, después de todo ya no puedo cambiar mi opción, a joderse tocan, me compro cada vez más cosas para ver si esto me hace feliz, me estoy engañando, me sigo engañando, termino engañándome. Y todo empezó por echar un polvo. Bueno, quizás esto sea un tanto exagerado pero yo lo he visto en muchas ocasiones.

Una vez que más o menos se han hecho planes conjuntos, desgraciadamente suele haber algunos aspectos que no agradan demasiado. Éste es otro punto de inflexión en una relación: esos aspectos cuando son percibidos suelen intentar ser cambiados, lo cual constituye un gran error, la gente no cambia por amor, un león siempre es un león aunque esté amaestrado, la gente transige por amor o porque quiere conseguir algo o porque no quiere perderlo, pero mantener un estado de transigencia perpetuo y cada vez más exigente, es la mejor manera de desestructurarse como individuo. Cuando ha de existir esta transigencia debe ser bilateral y no muy exigente, pues ésta llega del miedo a la soledad, que al fin y al cabo sólo es miedo de encontrarse con uno mismo, mirarse, no reconocerse y no saber como volver a empezar.

Solución

18 abril 2006

¿Es... son? - X

Va, viene, se detiene, queda suspendida en el aire como si nada, pues parece que nada la sustenta, hasta que se para sobre algo. Brilla casi con luz propia y de colores que cambian según la luz. Sube, baja, se desplaza trazando geometría en el espacio.

Me evoca tardes de verano, de paellas en la leña, de rumor de agua...

La solución

Un par de amados zapatos viejos, de los que nunca te gustaría deshacerte.

Acertó Deyector.

17 abril 2006

¿Es... son? - IX

Estaba a punto de bostezar, él antes que su hermano, que por alguna extraña razón se mantenía en mucha mejor condición. Parecía más terso, más entero, aunque ambos habían recibido el mismo tratamiento, aunque sin querer yo los había diferenciado en sus funciones y a cada uno le había exigido cosas distintas.

Quizás ahora ya fuera tarde, posiblemente ya no habría solución para ninguno de los dos, pero aún así yo me resistía a despedirme de ellos, pues estábamos juntos desde hacía ya unos cuantos años y habíamos terminado por compenetrarnos casi totalmente.

Ahora la decisión dependía de la opinión del especialista. Yo me sentía algo culpable porque en más de una ocasión no les había dado lo que necesitaban, aunque ellos siempre respondieran...

10 abril 2006

¿Es... son? - VIII

A veces cuesta, otras veces espontáneamente acude, no siempre te sientes orgulloso, pero siempre lo intentas. Puede parecer lo que no es, y casi todo en torno suyo, a veces malicia, otras inocencia, nos lleva por caminos que suelen terminar en lugares alucinantes en la verdadera acepción de la palabra.

Sirve como un espejo, una cámara oculta que te enseña bastante de los demás. Es ligera o ardua, es sesuda, espontánea, pero siempre quiere agradar.

¡Hale hop, je suis là!.

No, no me he ido, he estado agazapado, he estado harto, me he sentido triste y decepcionado, he analizado, buscado, intentado comprender, perdido, ahíto, vacío, lleno, hastiado. Al final me guardo mis conclusiones. Pero lo más importante es que os he echado de menos y desde lejos he aprendido a valorar a mucha gente de esta blogosfera. Para bien o para mal heme aquí de nuevo.
Ataos los machos.

Adivinanza:

Cuando el tiempo se nos troca, veréis si queréis mirar un caballero cantar, sin tener dientes ni boca.