¿Es... son? - XVII
Viejo amigo, por fin me atrevo a hablar de ti como mereces. Tiempo ha que te conozco, pero hasta ahora no había sido consciente de tu valor, de lo que realmente significas.
Cuántos momentos hemos pasado juntos, cuántas situaciones hemos compartido, cuántas decisiones me has ayudado a tomar. Cómo me he perdido en ti, en tu blancura, próximo o lejano, en un punto o en toda tu extensión, cómo hemos soñado historias y cuentos y cómo nos hemos anticipado a veces a los acontecimientos.
En ti, sí, en ti he encontrado sosiego, paz, armonía, descanso, entretenimiento, consejo, decisión, consuelo, compañía. Me has mostrado como soy, siempre has sido sincero, siempre escuchante, comprensivo, paciente. Sí, ya no me avergüenzo, ahora, observándote te valoro como realmente te mereces.
Cuántos momentos hemos pasado juntos, cuántas situaciones hemos compartido, cuántas decisiones me has ayudado a tomar. Cómo me he perdido en ti, en tu blancura, próximo o lejano, en un punto o en toda tu extensión, cómo hemos soñado historias y cuentos y cómo nos hemos anticipado a veces a los acontecimientos.
En ti, sí, en ti he encontrado sosiego, paz, armonía, descanso, entretenimiento, consejo, decisión, consuelo, compañía. Me has mostrado como soy, siempre has sido sincero, siempre escuchante, comprensivo, paciente. Sí, ya no me avergüenzo, ahora, observándote te valoro como realmente te mereces.