Imaginando retratos - IV

Estoy mirando por la cerradura de una puerta, dentro observo un místico ambiente, un hombre tiene la cabeza apoyada en sus manos y parece que habla consigo mismo, es joven, moreno, de tez pálida.

De repente, con cara iluminada, se vuelve hacia una pantalla de ordenador, moviéndose de un lado a otro, teclea febrilmente, lo apaga, cambia el gesto y vuelve a mover los labios entonando una interminable letanía.

Viste camiseta, pantalones cortos y zapatillas de clavos, es corredor de fondo, resistente y tenaz. Un maratoniano.


El retrato anterior era el de mi querida Wendyquerida, lo acertaron Eride y Reve.