09 diciembre 2005

Qüasi (V)

...
-¿Qué ha pasado aquí?

Preguntaba Hemma Hulton, mientras con un movimiento rapido y preciso conseguía meter el hocico de su cuello de zorro plateado en el único ojo del teniente Montel.

-¡Ahhhuuhhh!

-Pero qué le pasa, hombre. Qué susto me ha dado...

-Usted, usted...

-Cállese hombre, estos policías de ahora ya no son lo que eran.

Más tarde, en la consulta del oftalmólogo:

-Lo siento, señor Montel, pero esto pinta mal, yo que usted iría buscando un perro guía.

Varios dias después, en la editorial:

-Les he reunido aqui...

-¡Grrrrrrrrrrr!

-Tranquilo, Gross.

-Aparte ese chucho de mis pieles. Desde luego, a la policía le está permitido todo, hasta traerse al perrito a pasear.

-Lo siento. Todavía no lo controlo muy bien. ¡Sit, Gross!

El pastor alemán se tumbó y empezó a lamerse los entresijos...

2 Homo sapiens:

Anonymous Anónimo dice...

Ah, las pieles de zorra... en mi oficina se llevan mucho. Invierno y verano, oye, no pasa de moda.

4:51 p. m.  
Blogger papa pan dice...

Sí, mi señora doña Eride, suelen observarse muchas pieles de zorra, zorro cabrón y demás fauna oficinil que parece que solo gustan de vivir metiendo sus focicos en la vida de todos aquellos que son susceptibles de ello, véase gente imaginativa e inteligente que les recuerdan a diario lo ínfimos que son. Beso a usted la mano.

7:17 p. m.  

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