Imaginando retratos - XVI

Admirando unos mosaicos romanos del siglo II, en una villa descubierta en mitad del campo cerca de un pueblo de Burgos, me llama la atención la figura de una mujer que es sorprendentemente realista para tratarse de esta técnica gráfica.

Lleva el pelo recogido con una cinta, es morena y dos mechones ondulados caen de cada lado de su frente. Su rostro es intemporal. Frente recta, nariz pequeña, ojos grandes, oscuros y almendrados que siempre están vigilantes, pómulos resaltados, labios carnosos y sensuales que en ese momento muestran un gesto severo y de reproche, barbilla pequeña pero decidida. Su cuello es largo y fino.

Está de pie, viste una toga plisada hasta el suelo, con unas cintas en torno a su pecho que hacen que resalte el busto. Parece una de esas mujeres de después de la revolución de 1789. En su mano lleva una palma, no se sabe si como señal de saludo o de victoria.



El retrato anterior era Lord Jim y lo acertó Nepomuk (por fin decidió no decir que era Deyector)